viernes, 11 de febrero de 2011

INTRODUCCIÓN

Como una primera aproximación al campo de la investigación, es importante que conozcas la etimología de la palabra investigar, la cual deriva del latín in (en) y vestigare (hallar, indagar, seguir vestigios). De modo que la definición etimológica de la noción investigar alude a acciones que implican búsquedas, exploraciones, indagaciones mediante el proceso de seguir pistas, huellas o vestigios.

Para la generalidad de las personas, la investigación sea una práctica que tiene por objeto encontrar algo ―conocido o desconocido― a partir de seguir ciertas pistas. Por supuesto que este sentido es muy elemental. Incluso, seguramente has utilizado la palabra investigar para referir a la acción que realizas cuando, por alguna circunstancia, se ha extraviado algún objeto que pretendes encontrar.

Sin embargo, el sentido especializado de la noción investigar refiere a un proceso pensado, planificado, ordenado y sistemático que tiene por objeto la generación de conocimiento nuevo, y útil socialmente. Y quizá bajo este concepto, tú no has logrado realizar, todavía, alguna investigación puesto que no has generado conocimiento nuevo y socialmente útil. Debe quedarte muy claro que desde el sentido especializado de la noción investigar, el proceso de investigación es una tarea intencionada, con propósitos definidos y con estrategias diseñadas ex profeso.

En consecuencia, y a partir de ahora, también deberás comprender y tener muy presente que
todo lo que revisarás en este libro refiere al sentido especializado de la noción investigar, y que el sentido coloquial sólo será ocupado como elemento de contraste entre una acción improvisada, asistemática y arbitraria respecto a un proceso pensado, planificado, ordenado y sistemático que tiene por objeto la generación de conocimiento nuevo.

Desde el sentido especializado, la investigación también es una tarea intelectual en la cual el sujeto que investiga imagina, crea y produce lo inimaginable; es una actividad en la que frecuentemente el investigador:

a) desafía a lo establecido,
b) reta a la obviedad y
c) confronta al conocimiento del sentido común.

Con la investigación, el sujeto que investiga, propiamente el investigador, hace uso de distintos tipos de conocimiento (científico, tecnológico, filosófico y empírico, por ejemplo) para dar cuenta de algo desconocido para sí mismo y para otros, de algo que ya conocido en un futuro próximo será socialmente útil.

Durante tu trayecto de vida, seguramente has presenciado y escuchado en diversos medios de información masiva (televisión, radio, periódicos, etc.), cómo el conocimiento que se genera con la investigación tiene utilidad en diversos campos de la actividad humana. De ahí que este conocimiento sea útil socialmente para:

           El mejoramiento de la calidad de vida del ser humano.
           El replanteamiento de las teorías existentes para crear nuevas.
           El diseño e implementación de políticas públicas (económicas, sociales, educativas, etc.).
           El reconocimiento de la esencia de vida, sus riesgos y retos.
           El re-evolucionar de las Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC).
           La aparición de nuevos lenguajes sociales, disciplinares e informacionales.

Gran parte de lo que conoces, utilizas y disfrutas en la vida cotidiana es producto de la investigación desarrollada en laboratorios, institutos especializados o centros de innovación. En estos espacios se desarrollan diferentes maneras de acceder o aproximarse a la “realidad”; algunas de las cuales proceden de diversas perspectivas disciplinares ―filosóficas, sociológicas, estadísticas, psicológicas― que dan sentido y dirección a lo que se pretende conocer, además de que “alteran” lo que se observa ―“observables”― y la manera en que se da a conocer esto que se observa.

Por ejemplo: un problema “X” puede ser observado, analizado e interpretado desde distintos puntos de vista en los que se ubique ―consciente o no de ello― el sujeto que investiga; los puntos de vista están relacionados de manera directa o profundamente con los resultados derivados del proceso investigativo para la resolución de dicho problema. Sin embargo, el reconocimiento del propio sujeto sobre lo que pretende conocer (objeto de conocimiento), no sólo implicará los procesos de observación y análisis del objeto de conocimiento, sino el modo en que se enuncian los resultados derivados de éstos y otros procesos. De ahí que dependiendo de la postura paradigmática en la que se ubique el sujeto que investiga, puede haber diferentes tipos de resultados del proceso investigativo.

En consecuencia, podemos afirmar que la investigación, el conocimiento y la ciencia se entretejen para dar cuenta de lo que somos, hacia dónde vamos y de lo que nos espera en un futuro incierto desde el presente mismo, en una realidad compleja e incierta, convulsionada por la Crisis Estructural Generalizada (CEG) que se vive en la actualidad.

Un problema surge de lo que se vive en el ámbito de lo cotidiano, el cual tiene relación con todo. Por ejemplo, si deseamos saber por qué la gente es más vulnerable a las enfermedades, puede responderse que se debe a las políticas de salud implementadas por el gobierno, o bien a los cambios ecológicos, o a los estilos de vida de la población, o a la cultura de salud que prevalece en la sociedad, etcétera. Estas respuestas invitan a reflexionar que la investigación es intencionada y que persigue fines muy específicos, entre los más destacables, conocer la naturaleza del objeto que se estudia.

Para conocer y debatir lo anterior, en este primer bloque analizaremos cinco aspectos centrales del quehacer investigativo, mismos que serán insertados en el campo de la investigación en México: a) la función social y el desarrollo de la investigación, b) el conocimiento como objeto de estudio, c) tipos de investigación, d) tipos de conocimiento y e) la ciencia y sus objetos de estudio


No hay comentarios:

Publicar un comentario